Vamos a confesar que en un momento de desesperacion intentamos abandonarlo y el respondio a esta afrenta negandose a arrancar. Asi que por primera vez en todo el viaje nos vimos obligados a acudir a un mecanico para cambiarle el burro. De casualidad conocimos a Fredy la noche que nos abandono Os-kar, en un barrio muy poco feliz a solo dos cuadras de nuestro hotel, quien se ofrecio a empujarnos. No solo nos dio una mano esa noche y nos dijo que era lo que andaba mal en nuestro auto, sino que despues nos ayudo a conseguir el repuesto y no nos cobro nada por su trabajo. Gracias Fredy sos un colombiano re groso!!!
Entonces, despues de muchos dias de mas desencuentros que encuentros con las companias navieras conseguimos embarcar el auto a Chile. Acortamos el viaje debido a mi tremenda panza, ya se me complica andarme moviendome tanto y tengo cierta prisa por llegar a la ciudad y esperar tranquila el tiempo que falta para que nazca la nena.
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